El Honda Prelude regresa a Australia después de una ausencia de 25 años, reavivando un nombre sinónimo de cupés de vanguardia desde su debut en 1978. Más que un simple resurgimiento, el regreso del Prelude representa una continuación de la tradición de innovación de Honda, habiendo sido pionero en tecnologías como VTEC y dirección en las cuatro ruedas en modelos producidos en masa. Este no es simplemente el lanzamiento de un automóvil nuevo; es el despertar de un legado que dio forma a la escena entusiasta australiana y sentó las bases para su resurgimiento.
“Prelude aprovecha una rara combinación de nostalgia y rendimiento con un amplio atractivo para generaciones de clientes de Honda, antiguos y nuevos”, dice Robert Thorp, Director de Honda Australia. Para comprender la anticipación, revisemos las cinco generaciones que construyeron esta reputación.
Primera Generación (1978–1982): La Fundación
El Prelude original llegó en 1978, estableciendo el modelo de lo que se convertiría en un cupé Honda distintivo. Derivado del chasis basado en el Accord, priorizaba el embalaje y la confiabilidad orientados al conductor sobre el rendimiento absoluto. Si bien la presencia australiana fue limitada, se destacó con techos corredizos instalados de fábrica, lo que atrajo a compradores más jóvenes que buscaban un transporte deportivo pero económico. Esta generación sentó las bases: un cupé posicionado por encima de los sedanes estándar, favoreciendo la practicidad y el rendimiento moderado.
Segunda generación (1983-1987): El afilado
El Prelude de segunda generación marcó un importante salto adelante. Los faros emergentes se convirtieron en un elemento de diseño definitorio y el sistema de inyección de combustible PGM-FI de Honda se convirtió en estándar. Se introdujeron sistemas de frenos antibloqueo, lo que marcó otra novedad para Honda. El reconocimiento australiano creció, aunque siguió siendo un nicho. La combinación de tracción delantera, suspensión mejorada y una apariencia más elegante lo hizo competitivo en el mercado emergente de cupés de alto rendimiento. Esta generación consolidó al Prelude como un auténtico Honda deportivo, no sólo como un derivado elegante.
Tercera generación (1988-1991): el innovador
El Prelude de tercera generación (1988) sigue siendo un punto culminante para muchos entusiastas. A pesar de las modestas cifras de importaciones australianas, introdujo tecnologías innovadoras como dirección en las cuatro ruedas (4WS) y un diseño de suspensión de doble horquilla para un manejo excepcional. El rendimiento mejoró con motores de doble árbol de levas de 2.0 litros. La combinación de asequibilidad, pedigrí en ingeniería y credenciales deportivas lo convirtieron en uno de los favoritos entre los entusiastas de la conducción y mantiene un gran número de seguidores en la actualidad.
Cuarta Generación (1992-1996): El Refinamiento
El Prelude de cuarta generación (1992) elevó aún más el listón. Los faros fijos reemplazaron a los emergentes, se perfeccionó la aerodinámica y se mejoró el confort interior. Funciones avanzadas como motores VTEC y suspensión mejorada ofrecieron un equilibrio entre usabilidad y rendimiento. Sin embargo, la reducción del mercado de cupés de dos puertas y la competencia de las alternativas de tracción trasera plantearon desafíos. A pesar de esto, la cuarta generación reforzó la reputación del Prelude en cuanto a manejo e integridad de ingeniería.
Quinta generación (1997-2001): el final
La quinta y última generación (1997) presentaba un estilo agresivo y tecnologías como el Sistema Activo de Transferencia de Torque (ATTS) de Honda para mejorar la dinámica en las curvas. A pesar de sus virtudes, la disminución de las ventas llevó a su descontinuación en 2001. Esto marcó el final de la era Prelude original en Australia, pero su legado de rendimiento, sofisticación del chasis y cultura de club mantuvo vivo el nombre.
La llegada del Prelude de nueva generación en 2026 cierra el círculo de esta historia. Las cinco generaciones resumidas anteriormente forman la base de lo que Honda espera que sea un futuro significativo para la marca en el mercado local. Esto no es sólo un avivamiento; es una continuación de un legado basado en la innovación, el rendimiento y una conexión profunda con los entusiastas de la conducción.
